
01 Jul Aislamiento: lana mineral
Hola, últimamente he visto anunciado en diferentes revistas de decoración un producto de aislamiento térmico: una lana mineral que se aplica mediante insuflado en la cámara de aire de edificios sin aislar y que no requiere obra. Me resulta un sistema interesante al no necesitar obra pero me gustaría saber si es un buen método de aislamiento y ecológico, además si es viable, en mi caso, en un último piso de un edificio de viviendas en Madrid construido en 1969.
La lana de roca no es un material aceptado en bioconstrucción. Para empezar, su ciclo de vida no es bueno porque necesita mucha energía primaria para fabricarse. Además como residuo no es reciclable, con lo que tiene una gran huella ecológica. Con el tiempo, han ido minimizando su carga tóxica, especialmente en el contendido de formaldehido, pero incluso todavía su aportación no es neutra. Además, también puede contaminar el espacio interior con el desprendimiento de pequeñas fibras.
Los aislantes naturales, como la celulosa y el algodón, también se pueden insuflar, y además reducen muy bien la transmisión térmica de los paramentos exteriores, mejorando el ambiente interior no sólo en cuestiones térmicas, sino también de humedad, salud, difusión, absorción… Los riesgos estructurales son menores y son reciclables y reutilizables, así que todavía se puede seguir sacando rendimiento de ellos una vez el edificio entra en desuso.
En tu caso, deberías analizar si el sistema constructivo de tu edificio tiene cámara de aire, y si la tiene evaluar la posibilidad de insuflar sólo tu piso (porque si no te tendrías que poner de acuerdo con toda la comunidad de propietarios para intervenir en toda la fachada a la vez).
Te aconsejo que un técnico especializado analice cómo se comportaría la fachada con el aislamiento insuflado en la cámara de aire para confirmar que no se produzcan condensaciones en ese punto, ya que de ser así disminuiría su eficacia. En ese caso, se deberían encontrar soluciones alternativas como colocar una barrera de vapor, o situar el aislamiento en otro punto de la fachada. El mejor lugar es la parte exterior de muro mediante un sistema S.A.T.E., pero puede ser difícil conseguir la autorización del ayuntamiento para realizar esta modificación. No obstante, se empiezan a dar casos de municipios que lo permiten justificando que la intervención conlleva una mayor eficiencia energética del edificio.